Gracias Gauchito, la segunda película de HEI Films en coproducción con Arco Libre, llega a los cines el 8 de noviembre. Hablamos en exclusiva con el paraguayo que se ganó el papel, en circunstancias que, curiosamente, podrían acercarse a la serendipia.
Texto: Jazmín Gómez Fleitas
Fotografía: Gentileza
Jorge (31) había hecho el cásting cerrado de personajes secundarios para un proyecto cinematográfico. Lo habían contactado vía telefónica y esa era toda la información de la cual disponía cuando llegó el día y le tocó probar un par de personajes: soldados, un verdugo, etc. ¿Lo que recuerda de particular? Que le pidieron que se soltara el pelo.
Pasaron dos meses, en los cuales olvidó completamente aquella audición. De pronto, recibió llamadas de números desconocidos y mensajes en Internet en los cuales le pedían que se contactara de forma urgente. “Cuando finalmente pude hablar con Vicky Ramírez (productora ejecutiva de la película) me explicó que un director argentino quería reunirse conmigo sin demora. Ahí me di cuenta de que todos los llamados guardaban relación con aquel cásting”, recuerda.
Jorge, que ya tenía experiencia previa en cine con Luna de cigarras, Felices los que lloran y Mangoré en roles menores, no se imaginaba que esta vez se trataría de su primer rol protagónico. La esperada cita con el director argentino Cristian Jure, se materializó y el detalle resaltante de la reunión fue que Jure remató la cita diciéndole: “El Gaucho te eligió a vos”.
¿Por qué? El protagónico de Gracias Gauchito lo tenía inicialmente un actor argentino, quien justo antes de comenzar el rodaje —y luego de meses de preparación— sufrió una descompensación, no reponiéndose a tiempo para la grabación. El equipo de producción tuvo que buscar otra alternativa y ahí es cuando todo cambia para Jorge Sienra.
“El que me pareciera mucho físicamente a la idea que se tenía del personaje (lo que se conoce como physique du role) contribuyó bastante a una rápida identificación y abordaje físico del personaje”, explica Jorge. Su preparación realmente fue contra reloj, ya que lo confirmaron a días de arrancar la grabación, algo para nada habitual y que se debió a una situación de urgencia. Jorge aceptó el desafío y en el proceso destaca el seguimiento de la coach actoral Fátima Fernández, quien cuidó de cerca su interpretación a lo largo del rodaje.
Sin embargo, como toda la película al parecer está rodeada de conexiones y situaciones extraordinarias, la interpretación de Sienra sorprendió gratamente a la producción por su profesionalismo, a pesar de los imprevistos. Y es que el actor sí que tenía una idea bastante desarrollada acerca del Gauchito Gil, conocido en la Argentina como “El santo de los desposeídos”.

Descubriendo al personaje

Jorge conocía bastante del nordeste argentino y de la ciudad de Corrientes, de la cual es originario el Gauchito Gil. A pesar de que son varias las versiones de la historia de Antonio Mamerto Gil Núñez, se sabe que nació en la provincia de Corrientes aproximadamente en 1840 y que fue asesinado en 1878.
Era un gaucho, que según se cree, fue reclutado para combatir en la Guerra contra la Triple Alianza. Un gaucho que robaba a los ricos para dar a los pobres y que desertó en una guerra civil correntina luego de la Triple Alianza. Debido a ello, fue perseguido y degollado, porque la deserción era delito. El primer milagro que se le atribuye es el de la sanación del hijo de su propio verdugo.
“Cuando jugaba rugby viajaba mucho a la zona de Corrientes. A lo largo del camino veía las cintas rojas y escuchaba a los autos bocinar a los altares. Varias veces pude leer dedicatorias y agradecimientos a él, pero la vez en que realmente conocí más fue cuando viajé a Mar de Plata para asistir a un concierto, el de Manu Chao. El camino de vuelta a Asunción decidí hacerlo a dedo y durante ese viaje pude presenciar la vida de campo y las duras condiciones del interior de la Argentina”, relata Sienra.
El actor recuerda que en aquel viaje vivió una situación complicada cuando no lograba que ningún auto lo alzara, mientras caminaba entre Santa Fe y Entre Ríos. Agobiado por el calor, caminaba al costado de la ruta tratando de encontrar algún lugar donde beber agua y descansar. Se le hacía difícil porque lo único que veía era la ruta extendiéndose a lo largo del horizonte, y a la par, debía cuidarse de no ser empujado por el viento de los camiones que pasaban a gran velocidad o de ser mordido por alguna de las serpientes que abundaban en la zona y en ocasiones morían aplastadas en el pavimento.
“Cuando la sed ya me consumía y no había lugar con sombra donde refugiarme, vi unas cuantas ovejas y a un gaucho moreno, alto, de mirada franca y serena, dirigiéndolas con la rama de un árbol. Él me pregunto qué hacia ahí, le contesté que estaba tratando de volver a casa, en Paraguay. Me dijo que eso era muy lejos y me ofreció una botella de agua, la cual vacié rápidamente. En algún momento distinguí la cinta roja que llevaba en la muñeca, así como también el pañuelo rojo con la inscripción Gracias Gauchito.
Conversamos un poco y luego me dispuse a continuar mi camino. Le agradecí por el agua y la conversación. Él se despidió diciéndome 'espero que llegue bien a sus pagos y que el Gauchito lo acompañe en su camino'. En aquel momento, esos buenos deseos me revitalizaron y creo que todo esto fue incorporado a la hora de preparar el personaje”, señala.
El guion de la película también estuvo a cargo de Jure, que lo adaptó a partir de un libro llamado Colgado de los tobillos, escrito por Osvaldo Van Bredam. Pero ¿cómo es eso de que se lo conoce como El santo de los deposeídos?
“Creo que esto se dio más bien porque los desposeídos lo adoptaron a él como su santo. El emblema que abanderó El Gauchito fue y es hasta ahora representativo para todas las personas que se sienten y sintieron oprimidas. El gaucho fue un forajido que renunció a echar raíces por restituir la dignidad y otras carencias tanto a campesinos, gauchos, indígenas, mulatos y creo que paraguayos. Su trascendencia mística sigue siendo la de benefactor de los pobres y ellos lo ven como protector y sanador”, describe Sienra.

Detrás de cámaras

¿Es más fácil construir un personaje sobre el cual el público no tenga ideas preconcebidas?
Es la imaginación la que nos aproxima a la construcción de un personaje. Las ideas preconcebidas pueden alimentar o limitar esta construcción. A veces, tener una idea acabada de un personaje puede volverlo extremadamente monotemático y no tener ideas claras, desintegrarlo. Pienso en un cierto tipo de equilibrio deseable en el cual el personaje pueda asentarse y fluir, por eso creo que el término de construcción del personaje es una constante sucesión de búsquedas y renuncias subordinadas a las necesidades del personaje.
¿Cómo fue la experiencia de la coproducción?
Fue realmente espléndida, tanto humana como profesional. Los dos equipos –tanto el argentino como el paraguayo– pegaron onda muy rápidamente y esto allanó el camino, para que las jornadas de grabación que –de por si suelen ser muy pesadas y fatigantes–pasen de la forma más agradable.
Además, creo que se derribaron mitos y se demostró que esta alianza de productoras funciona excepcionalmente, sobre todo Paraguay, que demostró que pese a contar con una industria de cine aún emergente, está a la altura técnica en todos los sectores de la industria (actuación; técnica, foquista, luces, sonidos, etc.) para poder desenvolver y desarrollar proyectos cinematográficos acorde a las exigencias.
¿Una anécdota del rodaje?
En una escena marcaba que el gaucho comía unos fiambres y los masticaba con muchas ganas. Yo soy vegetariano y no había sustituto para el fiambre, así que tuve que masticarlo y tirarlo cada vez que esa escena se repetía. El fiambre era muy salado.
También recuerdo otra marcación del guion donde un médico naturalista interpretado por Nelson Arce curaba heridas de guerra con unos sapos. Y en efecto, esta situación fue un poco incómoda para el chico que ofrecía su mano para ser sanada.

En detalle

Jorge se describe como actor en formación, ya que por el momento no se dedica enteramente a la actuación, se trata más bien de una profesión cíclica para él. La primera vez que actuó fue en el año 2013.
Formación: Tomó clases en El Estudio. Se formó además con Romuald Urbaniak, de la Drakorom CO (compañía de circo). Realizó talleres de actuación de la compañía francesa de teatro L'embardee, en la Alianza Francesa y tomó clases de BMC (body mind centering), con Mary Carmen Niella. “Y luego mayormente aprendí con todos los amigos actores con los que compartí obras”, resalta.
Teatro: Procesados del 70, del Grupo Real de Teatro Popular Paraguayo; Descendió a los infiernos, del Colectivo Parque Carlos Antonio López; Titus Andronicus, de La Móvil Teatro; y La hora, dirigida por Manu Alviso. Además, formó parte de Lo Incorpóreo, colectivo de performance de arte contemporáneo.
Admira: A los actores internacionales Harry Dean Stanton, Roberto Begnini, Klaus Kinski, Liv Ullmann y a Eliseo Paniagua, de Paraguay.
Películas favoritas: Las road movies como Paris, Texas, de Wim Wenders; Easy Rider, de Peter Fonda y Dennis Hooper; Down by law, de Jim Jarsmuch; y Man on th moon, de Milos Forman.
Reside en: Francia. Se encuentra jugando rugby en la división Federale 2, aprendiendo el idioma, haciendo arte de calle y circo, y en dos meses más inicia los ensayos de una pieza teatral con una compañía de teatro en inglés.
Sueña: Con participar en alguna película de Gaspar Noé, Wim Wenders, Jim Jarscmuch o Wes Anderson.
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