El compositor, guitarrista y rapero argentino llegó con su “Mesa dulce”, su quinto álbum de estudio y para él, el mejor de su carrera, sobre el cual nos cuenta en una charla en exclusiva con VOS.
Por: Luis Ríos
Dante Spinetta no necesita presentación. Con una trayectoria que incluye la labor pionera del rap con Illya Kuryaki & The Valderramas por todo el continente y una carrera solista con premios y actuaciones en todos los grandes festivales de rock de la región, es un absoluto referente de la música argentina principalmente en la década de los 90.
Además, hijo de uno de los músicos más importantes del vecino país. Con los años se encargó de demostrar que esto último no tuvo nada que ver con lo primero. Él se abrió camino a base de talento, innovación y calidad. Su nombre en el hip hop impone respeto. Así llegamos a este nuevo disco solista.
“Este disco es para tocarlo en vivo. Es un disco muy fuerte en vivo porque me acompaña la misma banda que lo grabó, excepto los vientos que se grabaron en Minneapolis, fue lo único que se grabó afuera. Tengo muchas ganas de salir a tocar con esta banda porque va a ser una fiesta”, comienza diciendo el referente sobre su nuevo trabajo.
Dante explica que la ‘mesa dulce’ comenzó a cocinarse en pandemia, y contrariamente a otros artistas, no fue la angustia la que inspiró, sino la felicidad. “Fue muy loco porque era un contraste muy grande con lo que estaba pasando en el mundo. Yo estaba en casa encerrado con mis hijos y estaba toda esta paranoia, con el contador de fallecidos todos los días en la televisión y era una angustia constante”.
Él no podía más con esto. Entonces, llegó un momento en el que quiso revertir internamente esa situación y convertirla en un momento creativo para poder disfrutar de la música, disfrutar de estar con sus hijos y verle como el lado positivo.
“Se trataba de estar agradecido por tener un plato en la mesa porque hay gente que estaba en situaciones peores. En ese sentido, tenía la música. Escuché música todo el tiempo. Horas y horas escuchando lo que me gustaba y agradeciendo el don de la música. Agradeciendo esa posibilidad de comunicarme con la gente es de donde sale este disco”, puntualiza.
El nombre tiene que ver con que se trata del mejor momento de una fiesta, pero también él siente que es el mejor momento de su carrera musical. “Creo que llegué a un lugar donde me siento muy cómodo y siempre quise sonar así. Siempre quise sonar como en este disco y cuando estaba armando estos temas, los beats en casa y después grabando en el estudio, me decía una y otra vez: ‘Siempre quise sonar así’. Esto es lo más funkero que hice y eso también es como una especie de logro interno porque siento que vale la pena todo”.
Ya pasó por mucho. Ya demostró demasiado y hoy siente que, si algo no es auténtico, no tiene porqué forzarlo, por más que sea lo que está de moda. “No importan las tendencias. No importan si es lo que está pegando o no. Simplemente quiero hacer la mejor música que me salga en agradecimiento a la gente que acompaña y a mí mismo por bancármela. Uno en el viaje se puede torcer porque en el camino aparecen ‘propuestas indecentes’, ideas que flotan en el aire y que capaz no sean tan ricas en experiencia para mí”.
Esa maldita palabra
En el medio de esa celebración en la que Dante había podido transformar la angustia en agradecimiento y darle rienda suelta a la inspiración, la tragedia irrumpió en su vida. “Después pasó algo terrible. Mi mamá se enfermó de cáncer. Vuelve a aparecer esa palabra en mi vida de nuevo. Yo había compuesto música, pero en ese momento ya no pude hacerlo”, relata.
El 8 de febrero del 2012, un cáncer de pulmón se llevó a su papá: Luis Alberto. Casi una década después, en agosto de 2021, esa misma enfermedad volvía a atormentar la vida de Dante y sus hermanos. Esta vez, Patricia Salazar, la mujer que inspiró canciones como “Seguir viviendo sin tu amor” y la madre de Dante, Catarina, Valentino y Vera, era víctima de esa maldita palabra.
“Fueron a partir de eso, muchos meses de no poder componer nada. Creo que fue la primera vez en mi vida que no compuse nada porque perdí las ganas de componer y solo la acompañé hasta que partió. Después de un tiempo, recuperé el Mojo (la magia) y me pude volver a meter al estudio, con mi nuevo Ángel Guardián (su mamá), para terminar lo que iba a hacer con este disco. Me metí, le di con todo y salió”, detalla.
Este nuevo disco ya tenía una energía muy particular antes de que ocurriera esta tragedia. Por eso, el autor no quería hacerlo si no iba a ser con esa misma vibra. Si bien, él ya estaba en un momento muy triste, volvía a escuchar su álbum y seguía teniendo ese mismo brillo y fuerza que habían quedado plasmadas durante el momento de felicidad, conexión y agradecimiento.
“Es un disco muy importante para mí porque es agradecer un poco esa tormenta personal que fue de las más duras que me tocó a travesar. Además, en ese crecimiento que noto en la música que hago, hay una entrega. Ya hace 30 años que hago estoy y lo quiero disfrutar más que nunca”, resalta el hombre fuerte del rap en español.
La banda que acompaña a Dante en el estudio es la misma que lo hace en sus presentaciones en vivo, con Matías Méndez en el bajo, Pablo González en batería, Axel Introini en teclados y Carlos Salas en percusión. Él se encargó de las guitarras, las voces, el beat y la producción. El disco está dedicado a la memoria de su madre, Patricia Salazar.
Sobre las metas que tiene a partir de la salida de este material al mercado, dice que tiene muchas. “La música para mí es un camino y durante ese camino pueden pasar un montón de cosas. Obviamente tengo un montón de sueños y de cosas y se van abriendo más puertas, algunas se cierran, otras se abren”, subraya.
Siguiendo la línea de agradecimiento que rodea al disco, está agradecido por seguir sintiendo nervios a la hora de subir al escenario. “Sigo sintiendo esa emoción y sigo enamorado de esta vida que elegí, de mi profesión y de la música. Mi guía es el fuego del amor. Ese fuego que me da la música, es el sonido, es ser cada vez mejor. Voy a estar en el escenario hasta morir”, promete.
La nueva generación
Nombres como Wos, Trueno, Niki Nicole o Nathy Pelusso están marcando la nueva generación musical a través de sus letras interpelantes y sus rimas furiosas. Para el rapero mayor, estos son artistas de una generación nueva que están rompiendo esquemas.
“Así como nosotros rompimos un montón de barreras, ellos hoy están rompiendo otras barreras diferentes y es increíble. Alcanzaron un nivel de popularidad que en algún momento fue hasta impensado para la música hispana. Es definitivamente increíble y hay mucho talento”, reflexiona.
De hecho, en “Mesa Dulce” presenta el single “Sudaka” que cuenta con una participación de Trueno, el gran rapero de 20 años que es una de las más talentosas figuras de la escena hispanoparlante. Además, “Gambito”, junto a Ca7riel.
“Creo que Argentina tiene una historia muy rica con la música y eso hoy se sigue construyendo y estoy muy orgulloso de que gente creativa que está luchando por sacar sus ideales adelante. Con eso, estoy muy feliz”, insiste.
Y agrega: “Hace unos días tocamos en el Luna Park con Trueno que me invitó a cantar ‘Sudaka’ en los tres shows y fue emocionante ver a un montón de niños, a padres con sus hijos, moviendo las manos y uniendo generaciones”.
Para él también existen un montón de artistas que solo están en la música por la fama, por los views o los likes en redes sociales, por el estatus o por diversión. “No los critico porque cada uno elige su camino y creo que hay lugar para todos, pero para mí, la palabra ‘artista’ también implica a alguien que se está jugando por lo que cree, porque tiene algo que decir y no por ser popular. Tiene el corazón puesto ahí y le late fuerte con eso”, afirma tajante.
Inclusive al momento de hacer colaboraciones, se piensa más en lo que va a generar esa canción en números y no si realmente hay una conexión artística entre los músicos. “A veces dicen: ‘Voy a participar con este artista porque me va a abrir cierto mercado’ o lo que sea. Eso para mí es una mierda. Es una mierda porque quita credibilidad a todo, no está hecho con el alma y está pensado solamente para la billetera. Es un momento difícil. Creo que hay mucha música hecha de forma artificial y buscando repetir fórmulas para generar un hit”, lamenta.
Si él va a colaborar con algún artista es porque realmente los admira. “Tuve la posibilidad de grabar con Earth, Wind & Fire, de cantar con Stevie Wonder, de grabar con ‘Bootsy’ Collins que son mis ídolos. De trabajar con Julieta Venegas, Damas Gratis, Mala Fama, Duki, Neo Pistea, Residente, D’argelos, Carca, Trueno o Ca7riel, que son artistas a quienes admiro. Son todas personas que hacen cosas desde el corazón, no lo hacen por los números”.
Sobre si le hubiera gustado empezar ahora en medio de esta explosión por el género urbano, él dice que no cambiaría nada. Cree que todo es por algo y disfruta mucho del hoy. “No soy una persona melancólica con el pasado. Es más, algunas veces, peco de pensar mucho el futuro y no vivir el presente que es como una ansiedad que tengo. Creo que es algo que también heredé de papá que tenía esta frase ‘Mañana es mejor’ pero trato más que nunca en mi vida de estar en el ahora y disfrutar, por lo que no cambiaría nada de lo que ya pasó”, asegura.
Las diferencias
Para llegar a lo que es la música urbana en pleno 2022, hubo mucho camino que recorrer. Un camino que Dante junto con otros pioneros comenzó a abrir hace ya 30 años atrás. Sobre las diferencias del ayer y el ahora, lo ve como dos mundos completamente distintos. La difusión no era masiva como hoy y el público no estaba tan familiarizado con la diversidad en aquel momento.
“En los 90 en Argentina, decir que hacías rap era casi una mala palabra. Cuando empezamos con Illya Kuryaki and the Valderramas (IKV) y decíamos que hacíamos rap, tuvimos mucho rechazo, nos tildaban de yankees, me decían que estaba acomodado por mi papá. No nos respetaron hasta que nos ganamos ese respeto”, recuerda.
Ya para el tercer álbum “Chaco”, que fue todo un éxito porque vendió más de 250.000 copias y les permitió dar conciertos a estadios llenos, los prejuicios se habían ido y las reglas de juego cambiaron. “A partir de ahí, la palabra ‘Rap’ empezó a tener otra connotación. Se la empezó a considerar de otra manera y para mí, ser parte de la genética de la música urbana y latinoamericana en general, es increíble. Tanto con IKV como con mis discos solistas”.
Para Dante la clave está en seguir vigente. Seguir haciendo cosas buenas y siempre deben estar hechas con la intención de ser uno mismo. “No estar solo siguiendo lo que está sonando con una necesidad de encajar, sino buscando un lugar propio, con un paisaje diferente o que no sea forzado. Es lo que nace, que tiene que ver con el aprendizaje, con el camino tomado, con mi infancia y con la búsqueda siempre de ser mejor para la gente”, postula Dante.
Por eso, “Mesa Dulce” es un disco que, si bien tiene cosas del estilo IKV, está llevado a otro nivel porque con los años, Dante aprendió a hacerlo mejor. “Yo creo que esto es lo más funky que hice hasta ahora y confío mucho en mi oído. No lo digo como algo egocéntrico, sino con la humildad de sentir que el trabajo se va notando. Son años de tirar para un lado y es como el oficio en donde vas mejorando con la experiencia. En la vida, si vos a algo le pones dedicación, amor y constancia, vas mejorando y yo siempre estuve por ese lado de la música. Por eso es que ser parte de la genética de esta música en Latinoamérica es increíble”.
Todo eso hace que Dantw sienta un sentimiento de responsabilidad consigo mismo y esa máxima de vida de ser uno mismo más allá de las influencias, un sentir continuo sobre lo que se quiere hacer.
“Tengo que estar satisfecho con lo que hago, antes de transmitírselo a la gente. Hay momentos que son más inspirados que otros en la vida de un artista, pero yo ahora me siento muy bien porque tengo un montón de música muy buena, tengo ideas y sé producirlas como quiero. Este es un disco hecho enteramente en mi barrio: Villa Urquiza, en mi estudio y que suena duro. Eso es lo que estaba buscando”, cierra el artista.
No quedan dudas de que Dante Spinetta es un músico autentico, transparente y libre de modas. Por eso, hoy sigue siendo tan referente como en los 90 y en medio de tanto “fast food musical” llega con una mesa dulce para celebrar con todos.
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